Favor No Interrumpir
¿Sabías que una tarea
interrumpida, en promedio tarda un 50% más de tiempo y se comete un 50% más
de errores en su ejecución? Esto, por supuesto, comparado con una
tarea no-interrumpida.
Le toma cierto
tiempo a nuestros cerebros entrar en un estado de enfoque, en el que somos
capaces de concentrarnos casi completamente en una actividad, sin sentirnos
distraídos.
Una vez que
llegamos a ese estado, podemos disfrutar de un flujo de productividad bastante interesante,
siempre y cuando no seamos interrumpidos.
Una mente enfocada,
sin embargo, aún es sensible a interrupciones provenientes de estímulos
externos. Las interrupciones (que usualmente consisten de un cambio a un
conjunto de pensamientos diferente, y poco relacionado) borran y desorganizan
gran parte del estado previo del cerebro, que por lo regular en tareas de
enfoque se encontraba optimizado.
Y por si fuera
poco, las interrupciones frecuentes, pueden evitar que siquiera alcances ese estado
en algún momento.
Cuando interrumpes
a alguien, en promedio le toma 23 minutos volver a la tarea original, y eso que
no estamos contando, que en promedio tardamos hasta 30 minutos en regresar al
estado cerebral en el que podemos llegar a ser productivos nuevamente.
Prácticamente
la mitad del tiempo que interrumpes a alguien, de hecho lo sacas por completo
de su tarea, de tal manera que será casi imposible que
regrese a la actividad una vez termine la interrupción.
Podrías pensar que
sólo lo estás poniendo en pausa por un par de minutos. O que merece un descanso
y que lo tuyo es importante, pero ese tiempo de pausa, por lo regular es mucho
más largo de lo que uno pensaría.
Alrededor
del 80% de las veces en que una tarea es interrumpida, la persona logrará
continuar en ella el mismo día. Pero increíblemente, 1 de cada 5 tareas
interrumpidas, terminan sin realizarse. Es decir que el sólo hecho de sacar a
alguien de su estado de productividad, puede
hacer que pierda un día entero.
¿Alguna vez has
sido interrumpido por alguien, sólo para ver cómo esa interrupción se extendió
lo suficiente y terminaste dejando de lado lo que hacías? O también podrías
haberte interrumpido a ti mismo, yendo al baño, revisando el facebook, o
tomando un refresco.
¿Cuántas veces una
simple pregunta se ha tornado en una larga conversación? Estas son experiencias
bastante comunes, especialmente en áreas laborales.
Una interrupción
aparentemente pequeña, puede descarrilar tu enfoque tanto, que podrías tardar
horas en volver a lo que estabas haciendo… Si es que lo logras el mismo día.
El cambio frecuente
de actividades también ha sido relacionado en estudios con el incremento de los
niveles de estrés, en comparación a dedicarse a una sola tarea.
Así que interrumpir
a otros, no sólo lastima su productividad, sino también su salud.
Sin embargo, esto
no se detiene ahí. Las interrupciones también son bastante costosas.
Un estudio reveló
que el costo estimado de las interrupciones en entornos laborales, es de unos
$588 mil millones de dólares perdidos cada año en productividad para la
economía estadounidense.
Y personalmente
considero que este valor está bastante por debajo de la realidad, pues lo único
que se calcula es el total de horas perdidas, multiplicado por su valor en
costo de Salario Mínimo.
El estudio no considera las
consecuencias de dichas interrupciones, tales como las oportunidades pasadas
por alto, ventas perdidas, empleados despedidos, negocios en baja
productividad, inversiones mínimas, errores costosos, días de incapacidad por
el constante aumento de las enfermedades y síntomas de estrés… etc.
Las interrupciones en el mundo de hoy se
traducen en libros que nunca se terminaron, negocios que nunca vieron la luz, y
algunas ideas condenadas a morir antes de ser engendradas.
La próxima vez que pienses en interrumpir a
alguien que esté trabajando productivamente en una actividad importante para
él, considera que una pregunta o comentario aparentemente inocente, puede crear
serias consecuencias para su vida.
Incluyendo el hecho de agregar más horas de
trabajo a su calendario, incrementar su estrés, hacerle tomar malas decisiones
y causar errores, crear retrasos, perder oportunidades, e incluso
potencialmente abandonar la tarea por completo.
Incluso una breve interrupción en una tarea
compleja, puede crear el equivalente cognitivo a una hora completa de trabajo
extra.
Las personas altamente productivas conocen la
importancia de trabajar en bloques ininterrumpidos de tiempo, con buen enfoque
y concentración.
Consecuentemente, éstas personas adoptan las
medidas necesarias para protegerse de las interrupciones, algunas, usando
audífonos para evitar conversaciones (incluso, si no escuchan música), otras,
cerrando la puerta de la oficina o el cuarto, indicándole a otros que no los
pueden interrumpir a menos que sea absolutamente necesario, o de urgencia, y dejándole en claro a los demás cuándo está bien hablar con ellos, y cuándo no.
Otros deciden trabajar en diferentes lugares
(algunos emprendedores aún pudiendo trabajar en su casa deciden irse a una
oficina o a un lugar calmado), y nunca están de más quienes apagan sus
celulares, servicios de notificación, o incluso quienes se desconectan del
Internet por completo hasta terminar.
Muchos programadores y desarrolladores de
software aman trabajar tarde en la noche, o personas de planeación o dirección (yo, por ejemplo) y la principal razón para ello, es que las interrupciones son
mínimas, por lo tanto se puede ser más productivo.
La actividad online también es mucho más
reducida en la noche, pues la gran mayoría de las personas se han ido a dormir.
Ser sociable por Internet, está bien. Estar
pendiente del correo, de los clientes, o del negocio, también. Sin embargo, si
quieres hablar con alguien que esté trabajando, lo más seguro es que puedas
esperar a que termine.
Si tienes problemas con otras personas que te
interrumpen más de lo que te gustaría, pídeles que sigan una regla básica como
la siguiente, o cualquier otro lineamiento que te deje satisfecho:
“Cuando esté ocupado trabajando, por favor no
me interrumpas a menos que lo que tengas para decirme sea tan urgente y tan importante,
que valga la pena lo suficiente como para eliminar por completo todo lo que yo
haya estado haciendo.”
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